Letra: Homero Manzi y Víctor Piuma Vélez
Música: Rosita Melo
Alma, si tanto te han herido, ¿por qué te niegas al olvido? ¿Por qué prefieres llorar lo que has perdido, buscar lo que has querido, llamar lo que murió? Vives inútilmente triste y sé que nunca mereciste pagar con penas la culpa de ser buena, tan buena como fuiste por amor. Fue lo que empezó una vez, lo que después dejó de ser. Lo que al final por culpa de un error fue noche amarga del corazón. ¡Deja esas cartas! ¡Vuelve a tu antigua ilusión! Junto al dolor que abre una herida llega la vida trayendo otro amor. Alma, no entornes tu ventana al sol feliz de la mañana. No desesperes, que el sueño más querido es el que más nos hiere, es el que duele más. Vives inútilmente triste y sé que nunca mereciste pagar con penas la culpa de ser buena, tan buena como fuiste por amor.
Nota: Rosa Clotilde Mele de Piuma, conocida por el seudónimo de Rosita Melo, nació en Montevideo el 9 de julio de 1897, y dos años después sus padres se trasladaron a la ciudad de Buenos Aires, donde desde muy pequeña comenzó a estudiar piano. Compuso la música del vals Desde el alma cuando tenía catorce años, y sería Víctor Piuma Vélez, con quien contrajo matrimonio el 23 de febrero de 1922, quien después escribiría la primera letra para Desde el alma. En 1921 Roberto Firpo ya había grabado una versión instrumental de Desde el alma.
En 1948 Homero Manzi les dijo que tenía la intención de incluir el vals "Desde el Alma" en la película "Pobre mi madre querida", que iba a ser interpretada por la gran actriz italiana Emma Gramática, Aída Luz, y el ya famoso Hugo del Carril, quien lo iba a cantar. Sin embargo la letra que tenía el vals estaba dedicada a la madre, y la que se necesitaba era una letra amorosa, por lo que Manzi propuso a Piuma Velez escribir una nueva versión de la letra para la película. Esa nueva versión de la letra, grabada luego por Hugo del Carril, a pedido de Piuma Velez fue firmada también por Homero Manzi. El vals Desde el alma aparece registrado en SADAIC el 26 de mayo de 1976, un mes antes del fallecimiento de Piuma Velez. Debajo pueden ver la letra original.
Yo también desde el alma te entregué mi cariño humilde y pobre pero santo y bueno como el de una madre como se ama a Dios. Porque tú eres mi vida porque tú eres mi sueño porque las penas que en el alma tuve tú las disipaste con tu amor. Después de tanto dolor tu santo amor me hizo olvidar de la amargura que hasta ayer guardé dentro del alma y corazón. Perdona madre mía si me olvidé un instante de tus caricias de tus tiernos besos de todos tus ruegos. ¡Ay! perdóname. Pero si supiera la buena virgencita que hoy me consuela que me da alegrías en las horas tristes cuando pienso en ti. Perdona madre si un instante te olvidé perdóname, perdona madre que tu recuerdo nunca borraré.