Letra y Música: Horacio Guarany
I Doctor, yo sólo soy un niño pobre, Em B7 Em no sé si usted llegará a comprenderme. B7 Em Mi madre enferma no puede entenderme Am que usted debe cobrar para curarla. B7 Em Le traigo mis dos gatitos y mi perro, Em B7 Em mi trompo, mi barrilete y el sombrero, E7 Am aquel que al morir dejara mi padre, B7 Em Am y yo lo guardo como un gran recuerdo. G Doctor, apúrese que está muy mala. Am Em Doctor, perdóneme que sea tan pobre. B7 Em Estribillo Si sana, ella vendrá a pagarle todo. Em B7 Em Cocina, lava, sacude y hace mantas; E7 Am también sabe ordeñar y atar los bueyes, B7 Em plantar, sembrar y arar; pero es muy pobre. Am G Doctor, estoy muy solo allá en las casas. Am Em Doctor, perdóneme que sea tan pobre. B7 Em Recitado: No se aflija doctor, yo lo comprendo. Apenas soy un niño, y me doy cuenta; usted no puede ir pues la tormenta amenaza anegar todo el camino. ¡Algún dia vendra un argentino que lleve un médico a mi casa! Estribillo Si sana, ella vendrá a pagarle todo. Cocina, lava, sacude y hace mantas; también sabe ordeñar y atar los bueyes, plantar, sembrar y arar; pero es muy pobre. Doctor, estoy muy solo allá en las casas. Doctor, perdóneme que sea tan pobre.
Nota: Registrada en SADAIC el 2 de setiembre de 1971, ese mismo año Horacio Guarany incluyó la canción Perdón doctor en su álbum Ídolo del pueblo, donde tambien incluyó el poema Por qué grito, en el que explica por qué en sus canciones, además de hablar del amor o describir paisajes, también habla de las necesidades de la gente que padece las injusticias sociales.
Este niño de la canción bien pudo haber sido el propio Horacio Guarany en su infancia, pues creció en un hogar muy humilde. Debido a la crisis de 1930 su familia tuvo que emigrar del Chaco santafesino para radicarse en Alto Verde, donde sus hermanas fueron a trabajar en casas de familia y sus hermanos en diversos trabajos. Su madre, tal como dice la canción, era hábil en las tareas de campo, y él cuando tenía siete años fue al almacén de ramos generales de un primo, donde además de ayudar a atender a los parroquianos fue aprendiendo a entrenar gallos de riña y a variar caballos.
El mensaje de Horacio Guarany no ha variado en lo más mínimo en el curso de toda su carrera artística, e independientemente del poder de turno, que en ocasiones lo hostilizó mucho, nunca dejó de decir lo que sentía. La fama no le hizo olvidar que muchos siguen padeciendo las injusticias que él conoció en carne propia, y utiliza la posibilidad que le brinda esa fama de hacer escuchar lo que muchos quisieran decir pero no tienen sus mismas posibilidades de llegar a las multitudes. Cuando uno lee un reportaje a Horacio Guarany realizado hace 50 años y lo compara con sus declaraciones actuales encuentra las mismas cosas, el poeta que le canta al amor, pero que también se rebela por la situación en que se encuentran ciertos sectores de la sociedad.