Registrada en SADAIC 27 de noviembre de 1959, la letra del chamamé El alma de la cañada, de Mario Millán Medina, narra el encuentro de un hombre con el fantasma de su padre, quien fuera asesinado en una carrera cuadrera. Es inevitable notar la similitud de esta letra con el Hamlet de Shakespeare, quien también desea vengar a su padre asesinado, y tiene una visión similar. Sin embargo la reparación del honor y la justicia por mano propia es algo universal, y por eso esta letra es representativa de la manera de sentir de los criollos que no sentían que se respetaran sus derechos, avasallados frecuentemente por los poderosos y sus protegidos.
Vocabulario
Tacurú - Hormiguero de la hormiga del mismo nombre (género Camponotus), constituído por un montículo de tierra muy alto, que puede tener hasta más de un metro y medio.
Entero - Se dice del caballo no castrado.
Abanderado - Persona que oficia de largador en las carreras cuadreras.
Carrera cuadrera - Carrera en la que participan dos caballos, y la largada la hace el abanderado mediante una bajada de bandera. El nombre deriva de la "cuadra", unidad de medida de 129 metros, pero actualmente la distancia recorrida en una cuadrera oscila entre los 200 y 300 metros.
Letra y acordes del chamamé El alma de la cañada
Letra y Música: Mario Millán Medina
La otra tarde me agarraba ya la noche recogiendo la hacienda del bañado cuando ya en el medio de la cañada un gaucho me esperaba sobre un tacurú parado. Envuelto en su poncho pampa me decía con las riendas e' un parejero de la mano no se asuste don Jacinto Cruz Pereyra, es el alma de su tata y quería saludarlo. Y de un salto en su montado se alejaba perdiéndose en el confín de la cañada y aún siento en esas noches cuando asola el chasquido de los vasos del galope en el agua. Apenas si alcancé a reconocerlo pues los años de mi mente lo han borrado si yo era un gurí cuando él se ha ido en las carreras del pago y un domingo lo mataron. Y yo llevo el mismo nombre de mi tata don Jacinto Cruz Pereyra él se llamaba no he podido aún vengarla a esa muerte y por eso anda esa alma padeciendo en la cañada. Y en las noches de mal tiempo allí se escucha un sapucay que retumba en la cañada un entero que relincha en la partida un grito de abanderado es el alma de mi tata.
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