La milonga Viejo cencerro fue registrada en SADAIC el 9 de diciembre de 1983 por Artemio Rodríguez, también conocido por su seudónimo "Camambú". El acompañamiento de las milongas sureras requiere un punteado de las cuerdas en forma de arpegios, aunque de tal manera que se va marcando el ritmo. Los acordes suelen estar en una tonalidad mayor y en general es bastante sencillo "sacarlos" escuchando el audio, pero si alguien desea que se agreguen los acordes a esta letra puede solicitarlo en Pedir una letra.
En cuanto al contenido de la letra de esta milonga, cabe aclarar que cuando los potrillos llegan a la pubertad son apartados por los celos del padrillo, y entonces se reúnen en tropillas, dirigidas por una yegua llamada "madrina", alrededor de la cual se agrupan después de la castración. De estas tropillas se eligen los caballos de servicio, que son castrados y domados. Para favorecer el agrupamiento de los potros, a la yegua madrina se le coloca un cencerro, especie de campana pequeña, a cuyo sonido se los acostumbra. Esto resulta particularmente útil para mantener unida la tropilla en viajes largos, pues basta con atar la yegua durante la noche para que los potros no se dispersen.
Letra y acordes de Viejo cencerro (Milonga)
Letra y Música: Artemio Rodríguez "Camambú"
Yo llevo el canto surero como bandera sonora que me endulza en cada aurora el despertar de mi sueño. Un canto libre, sin dueño, entre la pampa y el cielo; como un ave que en su vuelo eterniza la distancia, como un sol cuya fragancia nace y vive en este suelo. Cencerro, viejo aparcero, de los campos argentino; pájaro sembrando trinos con voz de bronce y acero. Peón sin sueldo, tropillero, obediente a tu llamada se junta la caballada que tras la yegua madrina, enfila con disciplina siguiendo tu clarinada. Antaño de mañanita cuando los potros pastaban, y los gauchos escuchaban el son de tu musiquita. Nacía la vidalita para volar en un silbido; todo el sur ha recorrido tu voz criolla y cristalina, voz de la pampa argentina, voz del recuerdo querido. Cencerro clarín sureño, viejo poeta de bronce, hablame de aquél entonces en que era niño mi sueño. Y cantando con empeño prendido de la madrina, traeme en tu voz que afina mensajes de tradición, con gusto a pasto y fogón de una milonga Argentina. Hoy que ocupás jubilao en mi rancho un rinconcito de vez en cuando algún grito se te oye si te han tocao. Alerta el viejo soldao vuelve a su pampa el lenguaje por eso es que nadie ataje su sonora voz de fierro y que ande vive un cencerro esté vibrando el gauchaje.
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