Letra y Música: Edmundo Rivero
Al ver el campo dormido vuelven a mi mente fresca recuerdos de las patriadas y se hace carne la idea, el golpetear del salvaje sobre su boca grosera ululando en alaridos para imponer su presencia, quemando sembraos y ranchos, llevando chinas y haciendas. A lo lejos se divisa de la pampa la ancha huella y el redoblar de pezuñas al incrustarse en la tierra. La lanza firme en el brazo, bien arriba la bandera, y el ruido ensordecedor del potro en loca carrera, ganando campo y distancias hacia la muerte señera. Al ver el campo dormido vuelven a mi mente fresca el recuerdo de una china, de un rancho y la noche aquella, que con mis pilchas y el zaino me alisté para la guerra, ¡amalhaya lagrimones! que brotan de mi conciencia, yo que he aguantao al indiaje no aguanto un malón de ausencia.