La localidad de Villa Guillermina está ubicada en el Noreste de la provincia de Santa Fe, en el Departamento General Obligado, a 471 km de la capital provincial. Villa Guillermina es uno de los pueblos que tuvieron su época de mayor esplendor durante la explotación del quebracho colorado por la empresa "La Forestal S.A.", que llegó a ser la primera productora mundial de tanino. Sin embargo la explotación irracional de un recurso renovable en un plazo relativamente largo como es el quebracho colorado (un árbol requiere 60 años o más para llegar a adulto) acabó con la materia prima. La empresa, una multinacional descubrió otra fuente de materia prima, la mimosa, en Africa, y cerró sus instalaciones en la Argentina, lo que causó la ruina de los pueblos que, como Villa Guillermina, florecieron con esta industria efímera.
Letra y acordes del chamamé A Villa Guillermina
Letra: Gregorio Molina
Música: Ricardo Visconti Vallejo
Recitado Me acuerdo de una calle polvorienta, rojiza por la huella del tanino, del monte que guardaba los quebrachos bajo un verano padre y amarillo. De un relumbrón de sapucay perdido cuando anunciaba al alba la mañana, y una sirena que cortaba el aire, y un pasmo de aserrín en las gargantas. De don Pedro hachero y doña Juana humilde sobreviviendo en tierras forestales envejeciendo todas las edades Me acuerdo de una Villa Guillermina que fue muriendo lento con el monte, sirena, tanino y aserrín, detrás del eco solo de tu nombre. Cantado: I ¿Cómo olvidarte, Villa Guillermina, G D7 si entre tus calles soñé por vez primera, G en tus veredas, aroma de azahares, D7 que perfumaron mi loca juventud? G Entre el follaje de tu selva bravía forjé ilusiones y tracé mil caminos, tuve la dicha de amores y destinos. ¿Cómo olvidarte, Villa Guillermina? Estribillo Yo soy uno de tus hijos, G D7 que en la distancia siempre recuerda G y aún escucho en mis oídos D7 voces y cantos tan queridos. F G Despertaban las mañanas D7 el trinar de pajaritos; G el arroyo Los Amores G7 F fue testigo de mi adiós. D7 G I (Bis) Bailando junto con esa china amada, sentí en mi pecho latir una esperanza: esos amigos, recuerdos de la infancia y esa maestra que bien me aconsejó. ¿Cómo olvidarte, oh Villa Guillermina, si ese tu cielo es tan azul divino, y las estrellas aún más fulgurantes, es manto eterno que cubre mi orfandad? Estribillo Yo soy uno de tus hijos, que en la distancia siempre recuerda y aún escucho en mis oídos voces y cantos tan queridos. Despertaban las mañanas el trinar de pajaritos; el arroyo Los Amores fue testigo de mi adiós.