Letra y Música: Atahualpa Yupanqui
I En las arenas bailan los remolinos, Am E7 el sol juega en el brillo del pedregal, Am y prendido en la magia de los caminos A7 Dm el arriero va, __ el arriero va. Am E7 Am Es bandera de niebla su poncho al viento, lo saludan las flautas del pajonal, y guapeando en la senda por esos cerros el arriero va, el arriero va. Estribillo Las penas y las vaquitas Dm se van por la misma senda, Am las penas y las vaquitas Dm se van por la misma senda. G7 C Las penas son de nosotros, ) Dm Am ) Bis las vaquitas son ajenas. ) E7 Am I (Bis) Un degüello de soles muestra la tarde, se han dormido las luces del pedregal, y animando la tropa dale que dale el arriero va, el arriero va. Amalaya la noche traiga recuerdos que hagan menos pesada la soledad. Como sombra en la sombra por esos cerros el arriero va, el arriero va. Estribillo Las penas y las vaquitas ) se van por la misma senda. ) Bis Las penas son de nosotros, ) las vaquitas son ajenas. ) Bis
Nota: En esta particular versión Los Chalchaleros interpretan El arriero, de Atahualpa Yupanqui, la mitad en tiempo de zamba y la mitad en tiempo de chacarera. En realidad comienzan la introducción con la forma original de canción, pero luego cantan como zamba las dos primeras estrofas y hasta la primera mitad del estribillo. A partir de la segunda mitad del estribillo comienza el ritmo de chacarera, que continúa con las dos estrofas siguientes, hasta la mitad del estribillo, donde terminan la segunda mitad nuevamente en tiempo de zamba.
Los Chalchaleros realizaron esta versión cuando estaban integrados por Ernesto Cabeza, Juan Carlos Saravia, Ricardo Dávalos y Víctor José Zambrano. Nótese el equilibrio de las voces y el ajuste casi perfecto de los tiempos en la dicción de cada verso, algo difícil de lograr con voces tan potentes (una potencia natural, lograda sin esfuerzo). Si bien la armonización era muy simple, pues hacían dos dúos, alcanzaban una sonoridad especial, donde los silencios eran parte importante de la interpretación. Aunque Juan Carlos Saravia solía decir en broma que "son dos que gritan y dos que tratan de gritar y no pueden", es en cierto modo lo que sucedió cuando se alejaron Zambrano y Dávalos, pues a partir de entonces ya no lograron el ajuste tímbrico de las formaciones anteriores. Resulta fácil comprobar esto cuando se compara esta versión con las posteriores a 1966.
Esta es una hermosa versión para mi gusto, y una verdadera transgresión para la época, pues la grabación es de 1954, con el título de El arriero va. Algo similar harían luego cuando grabaron ese mismo año la tonada chilena Yo vendo unos ojos negros (en este Cancionero), que cantan casi por completo en tiempo de zamba, pero el último estribillo lo hacen en tiempo de cueca. Algo que caracterizó siempre a Los Chalchaleros fue el buen manejo de los niveles de sonido, pianos y fortes, y sobre todo de los silencios, con cortes bruscos que remarcaban cierta reverberación, la que no era producto de artificios de grabación, sino algo natural, quizás un eco producido por la potencia de sus voces que el micrófono captaba, pues también se los escuchaba así cuando actuaban en la radio.