Autor: Goyo Godoy
Bueno, no tomo más. Ta' lindo el mate, pero estoy desganao esta mañana. No he podido dormir pensando en algo que te quiero decir. Escuchá, Juana. Yo sé que trabajás como una leona pa' conservar, como tenés, la casa. Mandando los muchachos a la escuela, hacer comida, preparar las camas, y sabiendo que vuelven por la tarde tenerle sus cositas preparadas. Lo sé. Pero es que yo también trabajo pa' que la casa no nos falte nada, recorriendo alambrados y potreros, cuereando cáidos, con calor o heladas, aguantando corcovos a algún potro, o sacando un arisco a la pechada. Después de tarde, mientras me lavo pa' volver a casa, te veo aparecer en el arroyo con tu carita de recién casada, Y tus ojos... tus ojos profundos, dentradores, y esa sonrisa... esa sonrisa que te extraño, Juana. Y me dejo boyar en los recuerdos, o me quedo en las cosas de la estancia, donde todo es amor: en el carnero que defiende a guampa el tranquilo pastar de la majada, el relincho triunfal de los baguales demostrando coraje a la yeguada, el toro bravo levantando tierra ante el asombro de las terneras guachas, los pájaros que vuelven pa' sus nidos, los peones que se van pa' la ranchada, y yo, solo, tropeando en el camino, soñando con hallarte en la ventana. Pero llego y te hallo mal vestida, caminando en chancletas, despeinada, rezongando por cosas de los chicos, y ese algo de rencor en la mirada. Y me voy en silencio a la cocina a prepararme el mate que cebabas, pensando: ¡cómo mata la costumbre el amor que soñaron nuestras almas! No te entregués ansina, mansamente; ¡Peliá! ¡Si todavía sos una muchacha! Ayudame a soñar; cinco minutos nada más te pido. ¡Cinco minutos de los de antes, Juana! Volvamos a ser novios nuevamente, esperame otra vez en la ventana. Comentan los paisanos en el pago que al pasar por el rancho de la Juana se ve una moza con el mate listo, esperando a su amor en la ventana.
Nota: Goyo Godoy es el seudónimo que utilizaba Fernando Ochoa para firmar sus composiciones, de tono gauchesco o popular.