Autor: Julio Gutierrez Martín
recita el poema gauchesco
Entre hombres
Así que piensa irse de las casa. Está bien. ¿Pa'nde va, que no me ha dicho? ¿Pa'l sur? Ahá. No agache la cabeza, eso es de muy flojazo, pues amigo. No me ha caído tan mal, por el contrario, no he pensao en negarle mi permiso. El cristiano no es un árbol para vivir siempre haciendo sombra al mismo sitio. Como padre entiendo que quince años son pocos pa' enfrentársele al destino, pero como hombre entiendo que los hombres no se hacen por los años que han vivido. Yo me hice a eso de los diez, en una estancia, donde me apodaban "el mal nacido", por no saber decir ni quién era tata o quien era mama... Suerte de hijo, ya ve; al revés de usté, me abandonaron; en cambio usté abandona, y eso es muy distinto. ¿Lleva plata? Muy poca... ¿cómo cuánto? ¿sólo quinientos pesos? Es poco amigo. No olvide que el estómago no entiende que hay que llegar al sur pa' hacerse rico. Tome unos pesos más que le harán falta pa' que le aguante el hambre en el camino. ¿Y va' ir' bien vestido así? Bombacha blanca, blusa, y pañuelo de seda... No mocito, así está bien pa' un baile, ande las chinas admiran al paisano bien vestido. Pero usted, va salir allá al trabajo y si no me equivoco eso es muy distinto... Vaya, póngase su bombacha bataraza y ni muestre esas "pilchas" de hombre rico, que cuando un pobre va a pedir "conchabo" la pobreza habla de él por lo zurcido. Y de hoy en más aguántese el orgullo, y antes de ser rival, hágase amigo. Que aunque yo soy tan peón como el boyero, no todos los patrones son lo mismo. Si es que tarda en volver, déme la palabra que va a hallar voluntad para escribirnos. No lo digo por mí; los hombres somos más fuertes pa' aguantar un sacrificio. Lo digo por su madre; siempre piense que el amor hacia usted no admite olvido. ¿Sabe ella que se va? Ah, no le ha dicho. Mejor entonces, que no sepa nada... Ya voy a ver si le invento algun motivo. Porque ella no va a creer que usted nos deja por el gusto nomás de andar camino. Miéntale usted también cuando le escriba, aunque me duela que tenga que le mienta el hijo! Pero Dios sabe bien, ¿no le parece?, lo que puede pasar si no mentimos. Bueno, no lo entretengo mas. Vaya y ensille, y no lo martirice al doradillo; y si ve que le da por darse vuelta pa' mirar la "querencia", piense m'hijo que el animal entiende lo bastante como pa' no olvidarse donde ha vivido. Si vuelve alguna vez, éste es su rancho, aunque al entrar en él lo halle vacío. Los años pasan pronto pa' los viejos después que se ha luchado y se ha sufrido. Vaya, bese a su mama, y no se olvide que tiene que mentirle algún motivo... Qué no se vaya a fijar, que Dios bien sabe lo que puede pasar si no mentimos. Pero, ¿pa' ande va? Su mama está en la pieza. Pero, ¿por qué desata el doradillo? ¿Que bicho le ha picao? ¿está llorando? ¿Qué dice? ¿que me olvide lo que ha dicho? ¿Que no es Hombre? ¡Mentira! ¡Sí que es hombre! ¡Si se hubiera marchado no hubiera sido! ¡Ahora somos dos machos en las casa, aunque los dos lloremos como chicos!