Autor: Atahualpa Yupanqui
Debido a la extensión de El payador perseguido, la obra ha sido dividida en nueve partes para que no demore tanto en cargarse cuando la conexión es lenta, no tanto por el texto sino por el audio, que dura casi 42 minutos. También resulta más cómoda la lectura, pues no es lo mismo desplazarse cuatro pantallas hacia abajo que cuarenta. Para no quitarle continuidad, la división de El payador perseguido se hizo tratando de que los cortes se produzcan donde comienza un canto o un recitado, o cuando hay pausas con un solo de guitarra, que de por sí indican un intervalo dentro de la obra.
Con los tumbos del camino se entran a torcer las cargas. Pero es ley que en huella larga deberán acomodarse. Y aquel que llega a olvidarse las ha de pasar amargas. Amigos, voy a dejar. Está mi parte cumplida en la forma preferida de una milonga pampeana. Canté de manera llana ciertas cosas de mi vida. Aura me voy. No sé adónde. Pa' mí todo rumbo es güeno. Los campos, con ser ajenos los cruzo de un galopito. Guarida no necesito, yo sé dormir al sereno. Siempre hay alguna tapera en la falda de una sierra. Y mientras siga esta guerra de injusticias para mí, yo he de pensar desde allí canciones para mi tierra. Y aunque me quiten la vida o engrillen mi libertad. ¡Y aunque chamusquen quizá mi guitarra en los fogones, han de vivir mis canciones en l'alma de los demás! ¡No me nuembren, que es pecao, y no comenten mis trinos! Yo me voy con mi destino pal lao donde el sol se pierde. ¡Tal vez alguno se acuerde que aquí cantó un argentino!